"Entonces se dio cuenta de que todas las reglas que existían y que daban sentido al orden del universo, habían dejado de tener sentido. Por lo menos para él.
La vida de Panith se desvanecía, y esta vez no podía hacer nada para traerla de vuelta. Vida tras vida, existencia tras existencia, la hoguera de su alma parecía ahora una cerilla. Una cerilla que nunca debería apagarse. No quería, y se sintió ridículo, porque entendía mejor que nadie la naturaleza de
las cosas, del fuego, y aun así, no se conformaba con aceptarla.
- Dogma, tengo mucho frió, y hacía años que no sentía frió.
Postrada en su trono de piedra le sonreía, mientras lloraba.
Y le dolía.
Fue en ese momento, en ese dolor, cuando todo se rompió, y se sumió en un caos interior tan profundo como todos aquellos conocimientos que retuvo durante El Tiempo, ahora destrozándose en un torbellino de desesperación, tristeza y odio, porque comprendió la impotencia, el amor, la humanidad, y fue consciente de su propio egoísmo, el egoísmo de mantenerla vida tras vida, y se miró desde fuera habiendo cambiado totalmente el concepto que tenía de sí mismo. No lo había comprendido hasta entonces, pero Dogma se había convertido en un ser tan parecido a los humanos que ya no tenía un lugar fijo en la jerarquía que regía la disposición natural. Jamás volvería a tener un hueco entre los dioses. Y decidió suicidarse como tal.
- Tranquila pequeña, allá donde vayas tendrás tu fuerza, tu fuego, y esa sonrisa.
- ¡Dogma no!, ¿qué vas a hacer?, déjame morir... Hazlo por ella. Por tu descendencia...
Pero Dogma, cerrado en su idea de humanidad, no le hizo caso, y sacrificó la mitad de su poder para salvar a Panith, convirtiéndola en una Rusth. Una semidios. Una condenada a Dráia y a la auténtica eternidad.
Panith, ahora llamada Lillium, se enfrentaba a su nuevo nacimiento en Dráia, mientras que a Dogma... Nadie volvió a ver a Dogma. Hasta hoy..."
Así, de estos hechos, surgió la religión Dogmiana y la religión del fuego, ahora enfrentadas hasta el final de los días.
Los dogmianos, buscarán sin cesar a la hija nacida de Dogma y Panith, a la que llaman "el ángel guardián de los suicidas" para atraer a Dogma, al que consideran vivo para que éste les ayude en su lucha.
Mientras, la religión del fuego cree con total firmeza que Panith acabó con la vida de Dogma, y que invocar el fuego de su descendencia sería la solución para eliminar al resto de dioses que habitan la superficie.
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116 - El final del principio.
3 ene 2015
Así lo dijo Merche Owl a las 1:39
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