100: ¡Cuantos cuentos cuento!

Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón. Lleno de color, y en un mundo de ilusión, el circo daba siempre su función. Había un globo, dos globos... tres globos... parecía que al estar allí la vida era un globo que se te escapaba. Estaban el cocodrilo, el orangután, la serpiente, y el águila real. Tenia un patio gigante que parecía el de tu casa, pero no lo era, porque no era particular, ya que llovía y se mojaba como los demás. 

Al volver a casa del circo, tenias que hacerlo en un barco, pero aquel barquito, aquel barquito, aquel barquito no sabía navegar.

Pasaban un dos tres, cuatro y cinco o seis semanas, y el capitán del barco, solo podía repetir que la vida pirata era la vida mejor... sin estudiar, sin estudiar.... sin trabajar, sin trabajar...ah, ¡y la botella de ron! 

Al pasar el barco, me decía el barquero...que las niñas bonitas no pagábamos dinero, y me ofendí, pero antes le pregunté su nombre.

Se llamaba PinPon, y era un muñeco (de trapo y de cartón)... pero era un pirata limpio y se lavaba la carita con agua y con jabón. En la bodega había un elefante, que se balanceaba sobre la tela de una araña, y como veía que no se caía siempre llamaba a más elefantes *Realmente el barco se encargaba de llevar los elefantes al circo, como vosotros comprenderéis* 

Por las mañanas, Pipon se levantaba y tiraba de la manta, aunque si hacía frió, PinPon tiraba del mantón. El tenia tres gatos, y les hacía bailar en un plato. Por las noches les daba turrón... hasta que un día el cocherito lere, les atropelló. Uno de ellos se llamaba señor Dongato, y siempre estaba sentadito en el tejado del barco diciendo "marramamiau miau miau".  Cuando dejó de hacerlo el planeta fue triste y oscuro, y solo conseguí superar la depresión que ello implicaba haciendo tallarines. Tallarines que se iban por aquí, que se movían por allá, todos rebozados con un poco de aceite, con un poco de sal... me los comía, y después me iba a bailar.

Y podrán narrarte cuentos, o estas canciones cantar... pero nadie va a escribirte, una canción de cuento similar.

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