Siempre iré tres cuentos por delante para dormirte mejor,
para que en tus guerras, aún sin sangre, tus soldados sean de plomo.
Tendré cientos de cajas de cerillas cuando la reina de las nieves piense en dejarte fría,
y cual espejito mágico te diré guapa hasta cuando no te sientas cisne.
Plantaré tus huesos desquiciados en un bonito jardín si te obligan a limpiar la grasa del fondo del horno. Y volverás a revivir, como nueva, como si nunca te hubiesen dado manzanas envenenadas.
Venderé mis botas mágicas si así vuelves a contar tus historias más de mil y una noches.
Para que vuelvas a transformar en oro todo lo que percibes.
Porque no necesitas un hada, ni zapatos de cristal, ni calabazas, ni palabras mágicas para que el miedo al folio en blanco tenga una brecha y se derribe.
Sólo la voz de un narrador, y mira por donde, eres tú la que se escribe.
138 - Cuando te cuentas cuentos.
3 abr 2018
Así lo dijo Merche Owl a las 0:28
Zona: ♥ Historias cortas
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