- Te pediría perdón, pero pienso, que eso sería una estupidez, porque no consigo acordarme de nada...
El frio del invierno entró disimuladamente en la habitación sin molestar. Entonces, su reacción se limitó a una vocecilla interpretativa.
- Había una vez... en un día perdido del tiempo, una persona enfrente de una ventana. Estaba callada, mirando a la nada, o quizás algo inapreciable en la lejanía, a través del cristal. Mientras, en el otro extremo de la habitación ,a la cual él daba la espalda, una niña intentaba hincar un clavo en una pared.
Seguramente después iría a colgar un cuadro.
Estaba subida en varias sillas puestas en torre, y en su mano derecha, concentró toda la fuerza posible para que de un solo golpe seco, sin necesidad de dar más, el clavo traspasara la pared hasta quedar firme.
El frio del invierno entró disimuladamente en la habitación sin molestar. Entonces, su reacción se limitó a una vocecilla interpretativa.
- Había una vez... en un día perdido del tiempo, una persona enfrente de una ventana. Estaba callada, mirando a la nada, o quizás algo inapreciable en la lejanía, a través del cristal. Mientras, en el otro extremo de la habitación ,a la cual él daba la espalda, una niña intentaba hincar un clavo en una pared.
Seguramente después iría a colgar un cuadro.
Estaba subida en varias sillas puestas en torre, y en su mano derecha, concentró toda la fuerza posible para que de un solo golpe seco, sin necesidad de dar más, el clavo traspasara la pared hasta quedar firme.
Entonces, la persona que había en la ventana, se giró tranquilamente.
Antes de que la niña diera el golpe, fue sorprendida por una voz tenue y pausada. "Probablemente, el tiempo te cobre aquello que le pides por adelantado", y la niña se detuvo para mirarle.
- ¿Qué pasó después, Ari...?
- No lo sé, solo fue un día perdido del tiempo.
- Ya nunca consigues terminar un cuento de manera normal o por lo menos de una forma que me guste.
- Probablemente... probablemente el tiempo les cobró aquello que pidieron por adelantado.
Antes de que la niña diera el golpe, fue sorprendida por una voz tenue y pausada. "Probablemente, el tiempo te cobre aquello que le pides por adelantado", y la niña se detuvo para mirarle.
- ¿Qué pasó después, Ari...?
- No lo sé, solo fue un día perdido del tiempo.
- Ya nunca consigues terminar un cuento de manera normal o por lo menos de una forma que me guste.
- Probablemente... probablemente el tiempo les cobró aquello que pidieron por adelantado.
5 Comentarios:
Maldito tiempo
Oh, dios mío me ha encantado, es precioso! :)
tu y tu obsesion con los buhos jaja, la historia es muy buena
un beso! :)
Arrrgh yo también odio el tiempo.
El tiempo siempre nos la juega. Cuando creemos que tenemos, nos lo quita, y cuando no tenemos, nunca suele surgir.
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