¡Hola a todos! Ya que estamos de "Santas" vacaciones (por así decirlo) se me ha ocurrido pasarme por aquí y sacar algo de tiempo para contaros mis legendarias hazañas. No sé muy bien por dónde comenzar... pero creo que ésta bizarra historia puede gustaros, o por lo menos, resultaros curiosa. Comienza así:
(basada en hechos reales)
El otro día... (serían más o menos las 4 AM)... llegué a casa tambaleándome después de estar de fiesta , así que decidí meterme en mi "sobre" (también conocido como "cama") y levantarme al día siguiente super tarde. Total, que me dispuse a bajar hacia el sótano donde está mi habitación, con disimulo y parsimonia para no hacer ruido y despertar a los parientes del piso de arriba. Al llegar allí me di cuenta de que algo raro ocurría... vi algo extraño... bueno, más bien NO VI LO MÁS EXTRAÑO.
Alguien me había robado mi sofá de goma espuma... ¿Habeis visto la típica goma espuma amarilla? Pues es así, así es mi sofá.
(Le quité la funda porque un gato se coló en la casa y no se le ocurrió otra cosa que hacerse caca en la funda de mi sofá.)
Si tenemos en cuenta el grado de alcohol que tenía en sangre y la situación, mi decisión fue comenzar una profunda investigación que llegara hasta el final del asunto.
La primera pregunta que me hice fue:
¿Quien querría un sofá de goma espuma?
Nadie...
Pero ¿entonces dónde estaba el sofá?
Lo busqué habitación por habitación, y el sofá había desaparecido.
Tras meterme en la cama y dormir unas 12 horas para reponer fuerzas por tal cansancio y agotamiento mental, me desperté con un solo pensamiento en la cabeza...
LA CULPABLE ES MI MADRE. NO PUEDE SER NADIE MÁS.
"¿Quién se va a meter en una habitacion solo para robar un sofá viejo y destrozado?..."
La respuesta es obvia, *una madre con sed de sangre y manias limpiatorias.*
Entonces comencé el interrogatorio utilizando mis más rebuscadas artes, tras suponer antes que el secuestro se produjo aquella tarde mientras yo estaba fuera de casa. Al preguntarle a mi señora madre que dónde leches estaba el sofá ( xDDDD) , me dijo "¿Ah Merceditas, es que querías el sofá?" *eco: sofá, sofá, sofá*
Si...Esa fue su respuesta.
Ni se atrevió a negar el indudable hecho.
" No mamá, me gusta sentarme en el suelo, es una de mis mayores aficiones"
Vale que el sofá sea feo y esté roto, pero macho, es un sofá y está blandito, el cigarro de por la noche se fuma en el sofá, los comics se leen en el sofá. Si quieres destruir algo, prendes fuego la goma espuma del sofá, o la arrancas. ¡CLARO QUE QUIERO EL SOFÁ MAMÁ!
"Bueno ya te lo devolveré"... y mi sofá sigue secuestrado.
Estoy empezando a pensar que está al lado de algún contenedor, pero yo tengo la fe de que algún día volverá, y volveré a comer ganchitos en él...
Lo sé, probablemente la historia os ha parecido casi tan trágica como lo fué para mi.
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Y eso, de momento no tengo nada más que decir, solo que por si no me paso muy frecuentemente o tenéis ganas de ver más cosillas podéis seguirme en:
5 Comentarios:
xDDDDDDD
Que crueles son las madres!
Aisss los dramas cómo nos dramatizan!! :)) felices santas vacaciones :))
qué sufrimiento madre mía!
:) buenas nochessss :))
Qué boita relación llevas con tu mamá, ahora que tengo mi depa puedo decir que todo me pertenece porque antes TODO era de mis padres y no podía ni chistar. Un abrazo
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