Vladimir Klov no había sido nunca el popular de su clase, ni el más deportista, ni el marginado. Ni siquiera se fijaban en él por el hecho de ser alemán. Tenía sus amigos, pero nunca había destacado en nada. Él, simplemente existía. No era algo que le disgustase, pero tampoco era algo de lo que se sintiese orgulloso.
Una tarde, Vladimir acompañó a su hermana menor a una tienda de golosinas... y allí su vida cambió por completo. Todo sucedió muy rápido.
Grandes gritos de sufrimiento golpearon su sistema auditivo. Voces agudas que rechinaban en su cabeza hasta el punto de desear arrancarse los oídos internos. Eran similares a chillidos de los documentales de campos de concentración nazis que su padre le enseño en televisión algún día o alguna noche. Ahora eran constantes. Los escuchaba por la calle, en el instituto, en casa...
Fueron dos largos años de terapia. Creían que era algún tipo de psicosis, pero la realidad, es que Vladimir Klov, era una persona que escuchaba las voces de las chucherías.
Se lo dijo un regaliz una tarde de febrero.
Ahora no sabía que hacer con su " increíble" habilidad.
¿Salvará a las chucherías de su sufrimiento?¿Se pondrá una meta en la vida?
¿Intentará descubrir el origen de su "super útil" cualidad?...
¿Le creerá alguien? ¿Deberá huir de la civilización? ¿Se convertirá en un sádico monstruo?
¿Qué hará Vladimir?
Vete tú a saber...
10 Comentarios:
Vaya putada oír las voces de las chucherías o___O porque seguro que te sientes un caníbal cuando te las comes, y eso es uno de los mejores placeres de la vida.
Genial, cómo no :) Un muáh, guapa :]
Mierda, el nombre de Vladimir es ruso XDDDDDDDDDDDDDD
Jajajajaja como siempre, genial. Tienes una imaginación flipaaaaaaaaante.
Que no, que tienes razón, que no sé escribir de otra cosa que no sea de amor. Es que es tan bonito, que no sé.
Jajaja soy una romántica empedernida, lo reconozco..
Lo peor es que las cuchuerías sean tan malas, viles; cuando se esperaría una voz dulce que acabaría transformando todo en una psicosis aún más desesperante. Está genialoso... ahí en mi mente rebota el nombre (Vladimir Klov, no se olvida, no).
Saludos :)
pero que chulada de historia jajaja
jaja yo de Vladimir.. huiría de los centros comerciales y de parques, y de tiendas de golosinas...ais.
¡Ay! Que horror. Me encantan las chucherías, pero el tener que oirlas cada día solo harían que no quisiera saber más de ellas.
Lindo, lindo. Me gustó.
Me mató la imagen del inicio y la frase xD Es que eso de Vladimir ruso xD
¡Besitos!
pues hay que estar menos espesa eh!
El otro día intenté comentar el post anterior y no pude. Ya que te gusta tanto cambiar de plantilla, asegúrate cada vez de que se pueda comentar, porque en tu blog pasa A MENUDO. Y jode (y te pierdes mis maravillosos comments). xD
Oyeeeeee, que radical, no? xDDD No me imaginaba ni por asomo que iba a tomar ese rumbo al final jajajaj
Genial, me ha encantado! :)
El nombre de Vladimir no es alemán, no? xD
Besooooooooooooooos!!!! (L)
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