Todas las historias tienen un principio. Era irónico que la suya siempre empezara por el final: una, y otra, y otra, y otra vez. Esta vez la vió sentada en un banco con las piernas cruzadas. Parecía esperar a alguien. Estaba triste. Conocía bien esa mirada. La había visto en tantas ocasiones, de tantas formas diferentes, y en tantos momentos... que podría retratarla ya en la arena. Al fin y al cabo, tenía algo que la hacía distinta, algo que ni él mismo entendía: a lo que estaba condenado. Era algo contra lo que no podía luchar. Por muy poco que quisiera, tenia que hacerlo... entablar conversación... que duro.
Una vez más no era el momento: él siempre llegaba pronto o siempre llegaba tarde... y una vez llegaba, le costaba volver a irse... y claro, se hacía daño. Pero ya la había visto, era inutil, no había escapatoria, estaba cansado de esperar toda una vida muchas veces para volver a verla. Aprendió a conformarse con poco (más bien, no podía hacer otra cosa), así que se acercó. La chica le clavó los ojos confusa al ver que este, mirándola fijamente, se sentaba a su lado.
- Hace cuatro siglos, en un laboratorio de Stadsholmen donde trataban con alquimia, se escuchó por primera vez la frase "No siempre es oro todo lo que reluce"... Y quien espera algo que sabe "vale una fortuna"..............suele esperar con una sonrisa.
- Supongo...
- ... - (Y ahora que le digo ¿Cuantos años tendrá?)- Se me da mal consolar a la gente. Lo siento mucho pequeña. He de irme... será lo mejor.
- Da igual, puedes quedarte... ¿Sabes? Esa frase siempre me ha parecido muy acertada.
- Me la dijiste tú. Bueno, eras un poco diferente... la verdad es que no me acuerdo muy bien, ya que cuando me la dijiste, tú no eras tan joven, yo sabía la edad que tenía y la situación del pais no era la misma... pero lo volverás a aprender con el tiempo, créeme.
- Jajaja, es usted divertido.
- Si, realmente si... ¿Ves? Estás más guapa cuando sonries.
- ¿Cómo te llamas?
- ¿Cómo te llamas tú?
- Camyl.
- Camyl pequeña... ¿me prometes una cosa?
- Depende de qué cosa.
- Prométeme que vas a ser muy feliz.
- De acuerdo : )
- Nos vemos pequeña... ya si tengo que irme. Me alegro de haberte visto aunque solo haya sido un rato.
Y él se fué... pero con una sonrisa.
13 Comentarios:
que bonita la sonrisa de Camyl
Eso no se puede prometer...
Me gusta mucho. Me recuerda al libro "La mujer del viajero en el tiempo". Un besote!
bua, la verdad es que los fenix siempre me han fascinado
yo queria que me prometiese que iba a ser feliz.. pero conmigo !
¡Espero que vuelvan a verse!
Interesante tu escrito, tienes un tipo de expresión muy abierta, continúa escribiendo...
Un beso.
Todo se arregla con un buen puñado de pasas (H)
XDDDDDDDDDDDDDDDD Ese ultimo comentario ma matao
una sonrisa de la persona que queres siempre es lindo ver..porque si la queres de verdad la queres ver feliz!:)
me encanto..ojala pudieran encontrarse de nuevo!:D
un beesote!!
A veces cuesta mantener esa promesa, la felicidad no es siempre duradera. Muy chulo el texto :P
yo creo en las almas gemelas, y que volverán a encontrarse cuando sea el momento indicado (:
que bonito texto!! :D
un besico!
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